La creatividad es el pan del progreso, el alimentador del cambio, el potencial generador del desarrollo científico, tecnológico y humano. Si el hombre no. fuera creativo, no habría habido desarrollo científico y cultural. Crear ha significado tener ideas, realizar innovaciones valiosas, enriquecer la cultura. Es por ello que la creatividad se ha convertido en tema de moda en una época en la que tener ideas es bien visto entre políticos, periodistas, hombres de ciencia y educadores.
Los cambios acelerados traen crisis y éstas son el mejor estímulo para las personas creativas. Y lo son porque dichos cambios tienen su origen en pensamientos creativos, en planteamientos que ponen en tela de juicio los sistemas vigentes. De este modo, la creatividad de los críticos exige creatividad constructiva para dar respuestas a la crisis abierta por las personas crítico-creativas. Es un ciclo sociocultural que sólo es posible romper a fuerza de creatividad.
A nadie le agrada ser considerado inmovilista, retrógrado o reproductor. La creatividad no lia de ser moda en sentido pasajero; en todo caso debería ser un estilo permanente de afrontar los problemas con amplitud de miras, con flexibilidad, con actitud innovadora. Pero, ¿cómo ocurren los cambios en la historia? ¿Cuáles son los componentes que hacen posible el progreso científico, tecnológico y humano? ¿Cómo evoluciona la cultura? El siguiente modelo explicativo del desarrollo científico y cultural, clarifica estos interrogantes.
Un modelo de progreso humano basado en la creatividad
Uno de los acontecimientos más trascendentales ocurridos en el universo conocido no radica en la aparición de las gigantescas galaxias, ni en los cambios estelares, ni siquiera en el origen de la vida en nuestro planeta, sino en la aparición de la conciencia humana, en la capacidad autorreflexiva que nos lleva a calificar de «humano» al primer ser racional. Va a ser la capacidad creativa y reflexiva del hombre sobre sí y sobre las cosas la que va a posibilitar el conocimiento primero y la transformación después. Sin esta conciencia, ni el cosmos, ni la Tierra, ni cuanto nos rodea tendría el sentido que hoy le damos. El tiempo cósmico permanecía anclado, vinculado a las cosas, sin que poseyera significación alguna, porque es el hombre el que, al conocer las cosas, les otorga significado. El tiempo comienza a tener nuevo sentido desde el momento en que el ser vivo toma conciencia, ese atributo humano que sobrepasa cualquier mecanicismo y suma de partes.
Por eso afirmo que la aparición de la conciencia marca el punto cero, el big bang (gran explosión) del acontecer universal. Con el desarrollo de esta capacidad irá cobrando progresivamente sentido cuanto nos rodea.
Saturnino de la Torre
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